Acerca de Luciana
Luciana Schocron
Nací en una familia formada por mamá y papá y 3 años más tarde, hermano menor.
Mucho amor desde mi infancia que me ayudó a crecer empoderada en cuanto a sentir que siempre iba a poder hacer lo que me propusiera. Aunque no siempre me salga bien, siempre lo intento.
Con esa fuerza terminé la secundaria en el Nacional 17 (hermosa etapa de mi vida, de mucho crecimiento en lo social) y debía decidir como seguir.
Desde siempre quise estudiar Medicina y un poco más tarde se sumó la Filosofía a la lista de deseos. Así llegué a la fila del CBC (curso de ingreso a la facultad), sin saber en qué carrera me iba a anotar. Como me parecía más «compleja» y rentable, decidí empezar por Medicina para luego estudiar Filosofía.
Me recibí de médica en la UBA en 2003, luego hice la residencia de Cardiología (especialidad) en el Hospital Durand y después me subespecialicé en Electrofisiología (arritmias) en la Fundación Favaloro.
Mientras este proceso transcurría, me anoté en la carrera de Filosofía en la UBA. Estuve un tiempo cursando feliz. El ritmo de guardias y estudio me fue insostenible. Pero ese deseo quedó vivo y más tarde me anoté en pequeños grupos de filosofía y cursos cortos que me acompañaron bastante tiempo.
En el Hospital Durand trabajé entre el 2003 al 2017 (en distintas áreas dentro de la cardiología). Otros lugares en los que desarrollé mi práctica fueron el Sanatorio Guemes, Swiss Medical Group, etc.
Mi trabajo en Unidad Coronaria me encontró de cara con la muerte. Y despúes de mucho tiempo de no saber manejarla dentro mío, empecé a interiorizarme en textos al respecto que me ayudaron a comprender y acompañar de corazón ese momento único en que se pasa el portal hacia una nueva aventura. Empezó así mi carrera sobre la cara sutil de la medicina. La que da un espacio a la intuición, a lo invisible, a lo no demostrado científicamente, a lo eterno.
Luego llegó mi primera maternidad (a través de un parto domiciliario animalmente mágico) y como un huracán me hizo girar como un trompo y mirar los 180 grados que uno habitualmente no ve, pero presiente que están en algún lado.
Y así fue. Siempre había sentido que la medicina tal y como estaba planteada no era lo que yo quería para mi tarea en esta vida. Siempre me había hecho mucho cortocircuito el sistema médico pero no sabía ni había buscado otra forma de hacerlo. Lo que sí sentía con cada uno de mis poros era que mi camino era el de acompañar a restablecer el equilibrio de las personas que lo solicitaran siempre desde el respeto, amor y empatía.
Así, buscando y buscando, apareció el Ayurveda y me enamoré. Sentí el match en el momento. Me brillaron los ojos y dije: ¡Es por acá! Supe que lo que sentía y hablaba habitualmente con los pacientes ya había sido escrito hacía mucho tiempo… Y eso me ayudaba a darle forma a mi sentipensar y a seguir creciendo.
Y en ese momento entendí: El Ayurveda es la mezcla perfecta de medicina y filosofía.
Y ahora sí mi camino es completo.


Estudié el Posgrado de Ayurveda en la Universidad Maimónides y varios cursos de perfeccionamiento después, incluyendo mucha filosofía. Nunca fui a la India. Ganas no me faltan. Ya llegará el momento. Estudio a diario. Cada ser que se presenta en la consulta es un gran maestro para mí. Que me refleja algo para trabajar en lo personal y me hace estudiar/crecer en lo profesional.
Y así sigue el camino. Siempre acompañada de mi familia maravillosa. Lo que incluye a mi familia ampliada y a mis grandes maestros/hijos y mi pareja que es mi trampolín para que salte cada vez más alto, vuele y siempre caiga en el agua calentita que me espera abajo. Mi casa, mi nido, mi refugio.
Camino por un camino de coherencia y fidelidad a mí misma que me llevó mucho trabajo lograr y en el que aún tengo que estar atenta para no pisar la banquina y desviarme…
Y si la piso, me perdono con amor y sigo. De esto se trata ¿no?
Estamos en este plano de existencia para aprender, sanar y sentir.
Mi vida como médica es mi gran misión en esta Tierra y vibra en mí con absoluta correspondencia.
Acompaño a todo aquel que quiera entrar en ese entendimiento para su vida. Y ser ese ser que eligen para acompañarlxs me honra y me ayuda a seguir creciendo.
Siempre aprendiendo, siempre sintiendo.